Chiswa | Recursos y materiales
Descubriendo los tejidos artesanales del Valle de Zaquencipa
Iche
El ichu o iche (nombre científico Stipa ichu) es una gramínea nativa de las zonas altas de los Andes, desde Colombia hasta Argentina y Chile. Es una planta que crece en climas fríos y en suelos de alta montaña, conocida por su resistencia y adaptabilidad a terrenos difíciles. Tradicionalmente, ha sido utilizada por las comunidades indígenas y campesinas de la región andina para una variedad de fines, desde la construcción hasta la elaboración de objetos artesanales.
El Iche en contexto textil
El iche se emplea principalmente como fibra para la cestería, la fabricación de tapetes, sombreros, bolsos y otros accesorios artesanales. Su uso tiene profundas raíces históricas, pues las comunidades precolombinas ya aprovechaban esta planta para crear productos que les permitieran llevar sus actividades cotidianas. A diferencia de otras fibras vegetales, el ichu es particularmente resistente y flexible, lo que lo hace ideal para el trenzado y la elaboración de objetos que requieren durabilidad y rigidez estructural.
Técnicas de con el iche
La extracción del iche se realiza de manera manual. Las comunidades campesinas han perfeccionado la técnica de recolección, que consiste en jalar la fibra con un movimiento específico de la mano para garantizar que las hojas se mantengan intactas. Después de recolectarlo, las fibras se someten a un proceso de secado, dependiendo del producto que se quiera fabricar. Este secado natural asegura que las fibras conserven sus características de resistencia y flexibilidad.
Una vez secas, las fibras se tuercen o se trenzan según las técnicas que se deseen emplear. Las trenzas de iche son robustas y versátiles, permitiendo que los artesanos den forma a una amplia gama de productos. En algunos casos, se utiliza una técnica innovadora como la “trenza con alma”, desarrollada por artesanas como Johanna Suárez. Esta técnica combina la trenza tradicional con un lazo central para dar mayor firmeza y estructura a los objetos creados, desde canastos hasta lámparas y sombreros. Este ingenio refleja la creatividad y adaptabilidad de las artesanas, que han logrado modernizar y diversificar los usos de una fibra milenaria.
El iche como parte del Patrimonio Cultural
El trabajo con el iche es una práctica que se transmite de generación en generación en las zonas andinas de Colombia, particularmente en regiones como Boyacá, donde la tradición de la cestería y la artesanía textil es muy fuerte. Las técnicas tradicionales se enseñan dentro de las familias, y cada artesano desarrolla su propio estilo y técnicas, combinando lo aprendido de sus ancestros con su propia creatividad e ingenio.
La habilidad para transformar el iche en productos artesanales refleja no solo la maestría técnica de las artesanas, sino también un profundo conocimiento de la naturaleza y del uso sostenible de los recursos locales. Este conocimiento se ha mantenido vivo gracias a la enseñanza y el trabajo constante de comunidades que ven en el iche no solo una fuente de ingresos, sino también una conexión con su historia y sus raíces.
Innovación y Sustentabilidad
En la actualidad, el uso del iche ha adquirido una nueva dimensión gracias a la creciente demanda de productos sostenibles y ecológicos. La fibra de iche es completamente biodegradable, lo que la convierte en una alternativa atractiva frente a las fibras sintéticas. Además, el trabajo artesanal con iche permite la creación de productos únicos y de alta calidad, que conservan su funcionalidad y atractivo estético.
Artesanas como Johanna Suárez han jugado un papel importante en la innovación dentro del sector. Su capacidad para experimentar con nuevas técnicas y diseñar productos únicos ha ampliado el mercado de las artesanías de iche, permitiendo que estas piezas lleguen a nuevas audiencias y mercados. Además, esta expansión del uso del iche contribuye a la sostenibilidad económica de las comunidades rurales, que pueden diversificar sus ingresos mediante la venta de productos artesanales tanto en mercados locales como internacionales.