Chiswa | Técnicas y oficios
Descubriendo los tejidos artesanales del Valle de Zaquencipa
Encaje de bolillo
El encaje de bolillos es una técnica textil compleja y fascinante que ha perdurado a lo largo de los siglos, representando no solo una habilidad artesanal sino también un símbolo de elegancia y refinamiento. Se caracteriza por la creación de delicados encajes a través del entrelazado de hilos que, enrollados en pequeños carretes llamados bolillos, se manejan para formar patrones decorativos intrincados. Esta técnica requiere precisión, paciencia y destreza manual, y ha sido apreciada en diversas culturas alrededor del mundo, especialmente en Europa y América Latina.
Orígenes y evolución del encaje de bolillos
El encaje de bolillos tiene sus raíces en las técnicas de trenzado y pasamanería que surgieron en la Europa medieval. Los primeros artesanos de esta técnica fueron los pasamaneros, quienes creaban elaboraciones decorativas como cintas, galones y cordones, usando hilos de seda, oro y plata. Con el tiempo, estos trenzados evolucionaron hacia el encaje propiamente dicho, que a partir del siglo XVI comenzó a ganar popularidad en Europa. Desde entonces, la técnica se adaptó para realizar encajes más delicados y detallados, que imitaron inicialmente los patrones del encaje a la aguja, pero se diferenciaron por la velocidad y la resistencia de las piezas producidas.
Expansión a América y su arraigo en la cultura boyacense
El encaje de bolillos llegó a América a través de la colonización española. Durante el periodo colonial, los colonos trajeron consigo esta tradición para adornar prendas de vestir y textiles domésticos, como cuellos, puños y manteles. En regiones como el altiplano cundiboyacense en Colombia, el encaje se arraigó y, aunque es una práctica más escasa comparada con otros tipos de tejido, algunas artesanas mantienen viva la tradición, transmitiéndola de generación en generación. Estas piezas hechas a mano reflejan la paciencia y la destreza necesarias para dominar el arte del entrelazado, así como un respeto por las técnicas ancestrales.
Técnica y herramientas
El bordado en punto de cruz generalmente se realiza sobre telas con tramas fácilmente contables, como el lino o la tela Aida, que facilita la ejecución precisa de cada puntada. Los hilos utilizados suelen ser de algodón o seda, y las bordadoras emplean agujas sin punta para evitar dañar la tela. La simetría y el control son esenciales para lograr un resultado prolijo y armónico, lo que requiere paciencia y destreza.
Materiales y herramientas
Para crear encajes de bolillos, se utilizan varios elementos fundamentales:
- Almohadilla: Es la base donde se clavan los alfileres y se colocan los hilos. Existen distintos tipos, pero las más tradicionales son cilíndricas o rectangulares. Algunas versiones cuentan con rodillos para facilitar el enrollado del encaje a medida que se va tejiendo.
- Cartón o picado: Es el patrón que guía el trabajo. Consiste en una cartulina perforada que indica dónde deben colocarse los alfileres, asegurando que el diseño se mantenga simétrico y preciso.
- Deslizador de bolillos: Esta pieza permite que los bolillos se deslicen con fluidez sobre la almohadilla, haciendo que el trabajo sea más cómodo para el artesano.
- Bolillos: Son pequeños carretes de madera que sostienen los hilos y se manipulan para trenzar los diseños. Su tamaño varía según el tipo de hilo y la complejidad del encaje.
- Hilos: Tradicionalmente se usan hilos de lino, seda o algodón, que deben ser fuertes y estar bien torsionados para resistir la tensión y el entrelazado.
El arte de la precisión
El proceso de crear encajes de bolillos es meticuloso. Los artesanos colocan los alfileres en la almohadilla siguiendo el picado y luego trenzan los hilos enrollados en los bolillos, cruzándolos y torciéndolos de acuerdo con el patrón. Esta técnica de entrelazado permite crear delicados motivos florales, geométricos o figurativos, que reflejan tanto la habilidad técnica como la creatividad del artesano.
El encaje de bolillos en la actualidad
A pesar de los avances tecnológicos y la producción en masa de textiles, el encaje de bolillos sigue siendo valorado por su singularidad y la artesanía involucrada en su creación. En Boyacá, aunque la técnica no es tan extendida como otras formas de tejido, hay comunidades que siguen produciendo piezas de encaje de manera tradicional. Este saber ha perdurado gracias al esfuerzo de artesanas que enseñan a las nuevas generaciones, asegurando que esta técnica, cargada de historia y tradición, no se pierda.
El encaje de bolillos es un reflejo de la historia textil que conecta distintas épocas y regiones, desde las cortes europeas del Renacimiento hasta los talleres artesanales de América Latina. Esta técnica simboliza no solo la herencia cultural y el ingenio artesanal, sino también la dedicación de quienes han mantenido viva la tradición a lo largo de los siglos.