Chiswa | Técnicas y oficios
Descubriendo los tejidos artesanales del Valle de Zaquencipa
Punto de Cruz
El punto de cruz es una técnica de bordado de gran antigüedad y relevancia cultural, que ha evolucionado desde sus humildes orígenes hasta convertirse en una forma de arte y expresión en todo el mundo. Se basa en realizar puntadas en forma de equis, que se van entrelazando para crear patrones geométricos o figuras detalladas sobre una tela con cuadrícula.
Orígenes del Punto de Cruz
Los orígenes del punto de cruz se remontan a miles de años atrás. Ejemplares de bordados con esta técnica han sido hallados en antiguos yacimientos de Egipto y Asia Central, evidenciando que ya en tiempos tan antiguos como el 500 a.C., esta técnica se utilizaba en la confección de vestimentas. Estos primeros ejemplos eran simples en su ejecución y se realizaban principalmente sobre tejidos de lino y lana, utilizando hilos naturales de tonos limitados.
Evolución en la Edad Media
Entre los siglos X y XII, el punto de cruz se convirtió en una labor predominantemente femenina en Europa. Era común que las mujeres reprodujeran los diseños orientales que llegaban a través de las rutas comerciales, como las alfombras y tapices, y lo usaran para aprender el alfabeto. Esta técnica les permitía desarrollar tanto habilidades prácticas como artísticas. Durante este tiempo, los bordados solían tener una paleta limitada debido a la falta de colorantes accesibles. Sin embargo, en el siglo XVII, el descubrimiento de colorantes provenientes de América, como el rojo carmín extraído de la cochinilla, amplió significativamente el espectro cromático disponible para los hilos de bordado, permitiendo una mayor creatividad en las piezas bordadas.
El punto de cruz en la moda y la decoración
El punto de cruz ha sido ampliamente utilizado para la creación de textiles decorativos, como manteles, colchas, toallas y ropa de cama. Su versatilidad permite la confección de complejos diseños que pueden abarcar desde motivos geométricos simples hasta paisajes detallados y retratos. En la historia de la moda, esta técnica ha sido clave en la decoración de vestimentas, especialmente en épocas donde el bordado a mano era un símbolo de estatus y habilidad.
Técnica y herramientas
El bordado en punto de cruz generalmente se realiza sobre telas con tramas fácilmente contables, como el lino o la tela Aida, que facilita la ejecución precisa de cada puntada. Los hilos utilizados suelen ser de algodón o seda, y las bordadoras emplean agujas sin punta para evitar dañar la tela. La simetría y el control son esenciales para lograr un resultado prolijo y armónico, lo que requiere paciencia y destreza.
Punto de cruz en la región del Alto Ricaurte
Hoy en día, artesanas en regiones como el altiplano cundiboyacense continúan preservando esta tradición, creando piezas que van desde mantelería hasta accesorios y ropa de cama. Estas mujeres mantienen viva una técnica que, aunque ha trascendido siglos, sigue siendo una forma de expresión creativa profundamente arraigada en la historia del bordado. El punto de cruz no solo ha resistido el paso del tiempo, sino que ha evolucionado y adaptado, conectando a las generaciones actuales con el legado ancestral de esta forma de arte textil.