Villa de Leyva, Boyacá. Colombia

Chiswa | Técnicas y oficios

Descubriendo los tejidos artesanales del Valle de Zaquencipa

Crochet

El crochet no solo es una técnica moderna, sino que tiene profundas raíces en la historia de la artesanía. Los muiscas, antiguos habitantes de la región cundiboyacense, también usaban esta técnica para tejer sus prendas y accesorios, una tradición que ha sido adaptada y preservada por las artesanas del Alto Ricaurte.

Mireya Rodríguez se ha destacado como una maestra del crochet, una técnica artesanal que ha pasado de generación en generación y que sigue viva en su taller-boutique. Con 45 años de vida y 25 dedicados al tejido, Mireya es parte de la asociación ARTELAR, un colectivo de artesanas que preserva las técnicas tradicionales mientras las adapta a las tendencias actuales.

El crochet, también conocido como ganchillo, es una técnica que consiste en tejer hilos o lanas con una aguja específica que tiene un pequeño gancho en su extremo. Este método permite crear una amplia variedad de diseños, desde simples bucles hasta patrones complejos y texturas únicas. Mireya, quien aprendió esta técnica de su madre, ahora enseña a su hijo Sebastián, quien ya continúa con la tradición familiar tejiendo mochilas pequeñas que se venden en la boutique.

Ganchillo o crochet

Mireya trabaja con hilos de diferentes tipos y grosores, que compra localmente o manda a traer desde Bogotá. Cada proyecto que emprende, ya sea una blusa, bolso, saco, vestido de baño, poncho o falda, se realiza con precisión, utilizando agujas de crochet de distintos calibres según el grosor del hilo. Nos cuenta que existen muchas puntadas que permiten crear diferentes texturas y diseños, desde los más simples hasta los más elaborados.

El crochet no solo es una técnica moderna, sino que tiene profundas raíces en la historia de la artesanía. Los muiscas, antiguos habitantes de la región cundiboyacense, también usaban esta técnica para tejer sus prendas y accesorios, una tradición que ha sido adaptada y preservada por artesanas como Mireya.

En su taller, Mireya nos recibe con una sonrisa y nos muestra cómo el crochet puede ser tanto una expresión de creatividad como una forma de vida. Sus diseños no solo son populares entre los locales, sino que también atraen a turistas y visitantes que buscan llevarse un pedazo de la tradición colombiana hecha a mano.