Chiswa | Técnicas y oficios
Descubriendo los tejidos artesanales del Valle de Zaquencipa
Bordado
El bordado, una técnica que ha sido utilizada desde tiempos ancestrales, tiene profundas raíces en las comunidades indígenas de Colombia. Los muiscas, antiguos habitantes del Altiplano Cundiboyacense, decoraban sus tejidos con hilos de colores, representando elementos naturales y simbólicos de su cosmovisión. Hoy en día, en la región del Alto Ricaurte, estas tradiciones se mantienen vivas gracias a artesanas que fusionan las técnicas tradicionales con su propio estilo contemporáneo.
En el corazón de Villa de Leyva, Irma Cortés es una de las artesanas que preserva y transforma el arte del bordado artesanal, una técnica que ha pasado de generación en generación en esta región del Alto Ricaurte. Irma, inspirada por las flores que llenan el paisaje boyacense, combina habilidad y creatividad para crear piezas únicas y llenas de historia.
Desde su infancia, Irma descubrió su pasión por el bordado. Aprendió las bases en el colegio, pero fue su dedicación y amor por este arte lo que la llevó a perfeccionar su técnica a lo largo de los años. Hoy, trabaja con una variedad de materiales como hilos mercerizados, lanas, cintas y algodón, utilizando su fiel aguja de bordar para plasmar en tela los paisajes que la rodean y todo aquello que la inspira.
El arte del bordado en Villa de Leyva: Tradición y creatividad
Irma no solo borda, también teje las telas sobre las que trabaja, utilizando un telar cuadrado manual para crear superficies únicas que luego transforma en cojines, chales, y decorativos individuales. Cada pieza es un testimonio de su conexión con la naturaleza y la rica tradición cultural de la región.
El bordado, una técnica que ha sido utilizada desde tiempos ancestrales, tiene profundas raíces en las comunidades indígenas de Colombia. Los muiscas, antiguos habitantes del Altiplano Cundiboyacense, decoraban sus tejidos con hilos de colores, representando elementos naturales y simbólicos de su cosmovisión. Hoy en día, en la región del Alto Ricaurte, estas tradiciones se mantienen vivas gracias a artesanas como Irma Cortés, que fusionan las técnicas tradicionales con su propio estilo contemporáneo.
Irma forma parte de ARTELAR, una agrupación de artesanas locales que, al igual que ella, se dedican a preservar las técnicas tradicionales del bordado y el tejido. Su labor no solo contribuye al sustento familiar, sino que también fortalece la identidad cultural de la región, conectando el pasado con el presente a través de cada puntada.